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Un niño de 10 años, el que se había desaparecido hace tres días, apareció en su hogar de Madrid [10].  Su madre preocupada abrazó a Daniel y le grito de "Ay, Dios mío, qué alegría", en el momento del reencuentro luego de que su hijo había dejado su casa. 

Todo ocurrió cuando el joven había llamado a su madre al trabajo para decirsélo. Su hermano mayor, que lo esperaba en la otra vivienda, al ver que no acudía, avisó a su progenitora, que denunció los hechos en la comisaría, así informó ABC.

Lo insólito de la historia es la declaración del niño sobre su desaparición.  El menor le comentó a a su familia, que en el camino a la casa de su abuela se habría encontrado con un amigo que lo invitó a jugar a la videoconsola de la Playstation [11], sin percatarse del tiempo transcurrido. 

Pasada las horas, el menor entusiasmado, engañó a los padres de su amigo y les aseguró que se había comunicado con su familia y que tenía permiso para permancer allí. 

Finalmente el niño Daniel apareció cuando la madre de su amigo descubrió los carteles sobre su búsqueda y lo llevó hasta su casa con su familia.